5 de mayo de 2007

Los Guachacas.-

[ Pic: Guachacas ]
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Los Guachacas
Por Andrea Ocampo y Bruno Córdova.

El guachaca es nuestro querido “hueón curao”, una criatura tan camaleónica como indefinible, porque bajo los efectos del tintolio, es imposible que pueda auto-definirse. De hecho, desde la página oficial del grupo se indica que “todos quieren explicaciones, todos buscan definiciones, todos nos presionan por conceptualizaciones arcaicas”, pero ellos no las tienen. A pesar de lo anterior, los guachacas proclaman valores patriotas y cristianos (como la humildad y la sencillez), codéandose con el republicanismo de la Revolución Francesa (libertad, igualdad, fraternidad), el aprecio de la vida bohemia, la lucha contra la cultura cuica y el amor al prójimo, al sociate, al compipa.
El “ser guachaca” se rotula hace siete años atrás, cuando Dióscoro Rojas y Raúl Porto (el guaripola) tienen la idea de crear una reunión cultural, donde se celebrara la chilenidad fuera de las Fiestas Patrias, con cuecas-choras acompañadas de comidas y tragos criollos. En cuanto supieron de aquel proyecto, Roberto Parra y el grupo Los Tres decidieron sumarse entusiastas. Luego se les unirían figuras como Mauricio Redolés y aún más miembros de la familia Parra.
Rojas y Purto, actualmente están abocados a “El Guachaca”, publicación mensual que debutó el mes pasado, cuyos redactores tienen el mismo olor de la extinta bohemia radical (que ya conocíamos en el fenecido semanario “La Firme”, propiedad de Mario Gómez López) y el mismo trato coloquial para con el lector de los años iniciales de La Cuarta —antes de que se volviera farandulera y cuando las portadas del tío Diozel eran el chiste de la semana—.
A partir de lo escrito en “El Guachaca” se puede inferir que estos son los viejos simpáticos, picados de la araña, caídos al litro, que gustan de la vida relajada y prefieren el vino bigoteado, antes que el vino con apellido. Su centro de reuniones es La Piojera (declarados por ellos como “el monumento de los sentimientos de la nación”) y sus ídolos van desde los vástagos de los hermanos Parra hasta el cantautor de la micro que se rasguea una de esas canciones “deaverdá”: las de antaño. De cuando en cuando homenajean a la Violeta y al tío Roberto. Y su show artístico inmortal es “La Negra Ester”, y claro, más de alguno la debe tener grabada en VHS de la vez que fue transmitida por el canal 13.
Los guachacas prefieren los restoranes que se semejen lo más posibles a la higiene y atención de los kioscos y los carritos, lugares donde se funden el aroma del vinagre y la grasa hirviendo de la plancha caliente (fortísimo olor que impregna tanto a parroquianos como a quienes se paseen rápidamente por esos locales). Es allí donde un guachaca está cómodo. No tiene que guardar esa compostura o diplomacia tan cuica. Prefiere estar donde se vendan churrascos, huevos duros, pernil con ají, y ojalá la cebollita en escabeche. En su versión porteña, el manjar de los manjares es la chorrillana. Por tanto, el guachaca no tiene ninguna onda con Isidora Goyenechea (“¿quién será esa iñora?”), y por mucho que, de cuando en cuando, tengan el presupuesto para pegarse una vueltecita por allá, prefieren hacer un picnique y ofrecer una parrillada para quince sociates (en ellos se inspiraron para el dicho “dura menos que parrillada para quince”).
Por otra parte, esta es una de las pocas tribus urbanas senior. Aquí toda persona puede participar y su condición es que ésta sea enchapada en la antigua. Esa es su condición y su orgullo, pues tienen ese espíritu de solidaridad colectiva proveniente de la ribera norte del Mapocho, de la calle la Paz, del barrio de la Chimba con sus sucuchos de madera, jarros de vidrios verdes y los clásicos prostíbulos (estilo Tía Carlina). Donde Patronato no es sinónimo de comprar-ropa-barata, sino la calle donde mataron a fulano, o donde se casó perengano.
Ellos no compran compact discs, sino longpléis; todavía desconfían “de la tele-cable” (al menos eso es lo que afirman) y prefieren la hidalga televisión abierta, disfrutando del “Matinal de Chile”, con la Tonkita, quien es su reina 2005.
Su épice es la parranda, la folclórica, la con cuecas, tangos, boleros, milongas, lo que sea: lo suyo son las parrandas. Claro, que parrandas tipo abuelito-dime-tú. Por que sí, cuando decimos que son enchapados a la antigua, es porque son tradicionales, piedras fundacionales, de lo que hoy conocemos por lo “chileno”. El Liguria (¿qué es eso?) no lo cachan, pero el Pollo Caballo, es la picá donde llevan a la familia cuando hay su billetito, o su pololo le hace la gauchá. A continuación, ponga ojo compipa, porque los Guachacas han hecho su test de calidad, de reconocimiento y de pérdida de conocimiento. Si usted ha vivido alguna de estas etapas, de seguro que no “se le va en collera” esto de tener algo guachaca.

Las 19 etapas de la borrachera
(Extraído del sitio guachacas.cl)

ETAPA 1. Copeteo leve acompañado de maní.
ETAPA 2. Copeteo fuerte sin maní
ETAPA 3. Exaltación de la amistad y el parentesco. (Inicio de las primeras frases) 3.1 Mutuas gracias y virtudes 3.2 Yo te quiero como a un hermano (a) 3.3 Antes me caías mal, pero ahora... 3.4 He aprendido a conocerte
ETAPA 4. Cantos alegóricos y bailes regionales 4.1 Fuera inhibiciones 4.2 Himno del Colegio 4.3 “Antes se bailaba, ahora dan puros saltos”
ETAPA 5. La demostración de la verdadera situación entre los sujetos 5.1 "En realidad siempre me gustaste." 5.2 "Es que yo no quiero ser solamente tu amigo/a" 5.3 “Porque no intentamos algo más”
ETAPA 6. Aumento de la temperatura y acoso sexual 6.1 Auto presentación con desconocidos. Saludos a la mesa del lado 6.2 Llamadas reveladoras a los(a) ex: "No puedo dejar de pensar en ti" 6.3 Miradas de odio a quién dejó al amigo(a)
ETAPA 7. Revelación de la verdadera personalidad 7.1 El depresivo 7.2 El gran chamullero 7.3 El simpatías o mil chistes 7.4 El superdotado 7.5 El gran viajero y políglota
ETAPA 8. Degradación del idioma 8.1 Son todos unos chuchas de su madre... 8.2 Puteadas a la Iglesia 8.3 Puteadas al Estado
ETAPA 9. Autosuficiencia moral y económica 9.1 Entiendo todo perfectamente 9.2 Yo pago 9.3 Yo manejo 9.4 Estoy bien
ETAPA 10. Transmisión de la culpabilidad 10.1 Algo le echaron al jugo ese... 10.2 Es el hielo, algo le pusieron 10.3 Es que al almuerzo solo me comí un pan
ETAPA 11. Repentina pérdida del equilibrio 11.1 Caída libre o resbalones 11.2 Caída del sistema 11.3 Ya está, estoy del orto
ETAPA 12. Destrucción del inmueble 12.1 Pérdida total de la memoria... 12.2 Sentado en el bar con cara de destruido/a 12.3 ¿Quién botó la copa?
ETAPA 13. Difícil desalojo del inmueble 13.1 Yo no me quiero ir del antro... 13.1 ¡Estoy bien! ¡Me tropecé nada más"
ETAPA 14. Devolución del mani 14.1 Abrazo al ídolo de porcelana (inodoro)
ETAPA 15. Haciendo tierra o tirando el ancla
ETAPA 16. Amnesia, perdida de valor moral 16.1 ¿Qué soy novio (a) de quién? 16.2 ¿Qué besé a quién? 16.3 ¿Qué me acosté con quién? 16.4 No me acuerdo de nada...
ETAPA 17. Recuento de los daños17.1 ¿Y mi celular? 17.2 ¿Quién me quemó con un cigarro? 17.3 ¿Y este moretón? 17.4 ¿Las llaves?
ETAPA 18. Compromisos posteriores 18.1 No tomo más.
ETAPA 19. Nuevos Compromisos 19.1 ¡Alo! ¿Cuándo? ¿Mañana? A las 21 horas ¿dónde?
2006, en Indie.cl

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